Primera cosita: Cuando Lyona y yo presentamos La vida es corta y luego te mueres en Madrid, se nos acercó esta chica:
Lyona quiso huir.
Pero yo la agarré del brazo y le dije al oído: «estamos juntos en esto, gallina». Anastasia nos dijo lo mucho que le había gustado el libro y se presentó como la autora de Monstruo Espagueti y se ganó mi corazón forever and ever al regalarme su libro. Lo leí del tirón en el AVE de vuelta a Barcelona. Sí, es corto, pero el mío también lo es, y lo importante no es si es corto o no, lo importante es que está lleno de talento y de maravillas como esta:
O esta otra:
Y esta es una de mis preferidas:
Podéis seguir a Monstruo Espagueti en:
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Pero seguro que la haréis mucho más feliz si compráis…
…su libraco.
Segunda cosita: Si no fuera por ti…
Gracias por continuar la cadena fucking loser.
Tercera cosita: Siempre me pasa lo mismo cuando subo en un ascensor: no sé dónde mirar. Cuando subo solo, me miro en el espejo y aprovecho para ver a mi padre, aunque últimamente me he dado cuenta de que también veo rasgos de mi abuelo, que a su vez se parece mucho a mi primo y empiezo a tener una sensación de múltiple personalidad bastante rara. Es por este motivo que soy de esa clase de hijos de puta personas que hace como que no te han visto y no te esperan para subir.
El otro día subí en un ascensor con un niño de unos 8 años. El cabrón fue muy rápido, no lo vi venir y no pude dejarlo atrás. Subió y se puso delante del panel de mando. Pensé que lo más emocionante de su día iba a ser apretar el botón del piso, así que me callé y no le dije lo que estaba pensando: «apártate de ahí que conduzco yo, chaval». Me sentí bien, orgulloso de mi buena acción y le dejé llevarlo.
Y entonces ocurrió. Abrió la boca y preguntó:
-¿A qué piso va usted, señor?
SILENCIO TENSO. SILENCIO HANEKE.
Su mirada clavada en la mía. Segundos de tensión. Entonces, le metí un bofetón con la mano abierta y lo empujé fuera del ascensor. Mientras el puto crío lloraba sin entender nada, subí tranquilamente en el ascensor mirando mi rostro tan familiar en el espejo.
Es por esto que no puedo volver a tu casa. Ven tú a la mía. Te quiero.
Jajaja, este ha sido bueno!
Me alegra que te guste, Diéguez. Besitos!!!