Sólo tres cositas-X

Primera cosita: El otro día me apetecía pizza. Y lo mejor de todo es que el grupo de gente con el que estaba tomando una cerveza en una terraza barcelonesa, también les apetecía cenar una buena pizza. No sé qué tiene la pizza que a todos pone de acuerdo: siempre apetece pizza. El problema empezó cuando alguien dijo de ir a un sitio, otro comentó de un lugar del que le habían hablado muy bien, incluso yo metí cizaña aportando mi restaurante italiano favorito. Empezamos entonces una espiral del dolor y el hambre en que el tiempo se detuvo (pero nuestras tripas no) y no nos poníamos de acuerdo en dónde ir a cenar. Entonces, como por arte de magia levanté la voz y dije: «vamos a ir dónde os he dicho, es la mejor pizza de Barcelona«.

De repente, todos callaron. Empezaron a sacar su dinero para pagar las cañas y empezamos a desfilar como si fuésemos zombis hacia ese lugar dónde según mi opinión hacen las mejores pizzas de Barcelona. Nadie dudó ni un instante de que fuera el mejor lugar, pero yo era muy consciente de que NO tenía la certeza de que lo fuera. Aunque me gusta mucho la pizza, no he ido a todos los lugares de la ciudad donde la sirven. Y aunque así fuera, imaginemos por un momento que dedicara todo mi tiempo libre a probar todos los establecimientos de Barcelona donde tienen pizza en la carta o el menú, siempre me quedaría la duda de si en las casas privadas de mis conciudadanos se cocina una pizza mejor. La fórmula: «la mejor de Barcelona» es un hechizo mágico que sirve para terminar cualquier discusión que se alarga demasiado. Es un truco de mago barato, inapropiado y de indecente uso. Pido perdón por utilizarlo y espero que mis amigos no me lo tengan en cuenta en un futuro.

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Lo siento, tenía hambre.

Segunda cosita: La primera temporada de The Americans supuso una sorpresa. La segunda temporada fue la de la consolidación. La tercera temporada la ha colocado en la cumbre de las series que actualmente están en emisión. Su densidad emocional, el buen pulso que tienen sus tramas, las dobles caras y vuelcos de identidades, los recursos propios del género de espías, la riqueza de los personajes, y la familia como metáfora del espionaje -siempre cargada de secretos y mentiras- conforman una serie que entretiene y consigue hacer un repaso histórico por un periodo político cercano y al mismo tiempo lejano. Ahora que nos vamos quedando huérfanos de series que se despiden, The Americans ha venido como un relevo sofisticado e inteligente para que no nos sintamos tan solos.

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The Americans se emite en Fox.

Tercera cosita: Tras cenar pizza me sentí gordo y culpable, ergo fui al gimnasio. Mientras me calzaba las zapatillas y me quitaba el rímel escuché una conversación entre dos chicos muy normales, con estudios, nada canis:

-¿Sabes si practicar sexo antes de hacer ejercicio es bueno o malo para el rendimiento deportivo posterior?

-Depende de si es aeróbico o anaeróbico.

-Claro.

La respuesta me dejó muy gilipollas. ¿Como que depende de si es aeróbico o anaeróbico? O sea, pero qué hostia tenéis,  ¿cómo es posible que os importe más el rendimiento deportivo posterior que practicar sexo? Y por último, ¿a qué se referían con lo de que depende si es aeróbico o anaeróbico: a la práctica deportiva o a la sesión de sexo?

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Reflexionemos.