Primera cosita: Una de mis palabras favoritas es: Colofón.
No he encontrado ninguna imagen que ilustre la palabra colofón, así que disfrutemos del MVP de la regular season.
Colofón es una palabra difícil de utilizar. Una persona normal no suele encontrar demasiadas ocasiones en las que poder decirla. Sin embargo, todo cambia cuando esa personal normal consigue un trabajo como periodista deportivo. A partir de ese momento, su vida cotidiana gira dramáticamente y siempre es un buen momento para el uso de la palabra colofón, generalmente antecedida del «y como».
Suelo utilizar la palabra colofón en frases como estas:
«No vayas a esa discoteca, te ponen whisky de colofón«.
«Anoche llegué con un buen colofón«.
«No, gracias, no me interesa ninguna línea adicional de colofón«.
Segunda cosita: El mes pasado estuve en Madrid con Lyona, presentando nuestro libro La vida es corta y luego te mueres. Joaquín Reyes, un tipo magnífico, inteligente, culto y ya sabéis todos que muy gracioso, nos acompañó en la librería Panta Rhei. A media presentación interpeló a la gente que preguntándoles cuántos de los que estaban allí habían escrito dos novelas. Nadie respondió. De todos los asistentes, yo era el único. Entonces me di cuenta de algo: soy especial. He escrito dos novelas, eso es algo que muy poca gente ha hecho. En realidad, yo era el único en aquella librería. A veces se me olvida lo guay que soy, pensé. Joaquín me lo recordó. Después al salir, tras las firmas de los libros, estuve buscando mis dos novelas… No había un sólo ejemplar. Al marcharme miré en el interior de la librería repleta de libros y de novelas y me di cuenta de que no, yo no era el único que había escritos dos novelas en aquel lugar.
Yo en el momento de pensar que soy guay (gracias a @EnElAiribers por la foto).
Tercera cosita: Me encanta ir al Consum. Me encanta su variedad de productos. El orden de los pasillos perfectamente alineados en una simetría cuadriculada. Me recuerda a l’Eixample. Hace que me sienta como en una recreación de Barcelona con forma de súper. Además no tienen la mala costumbre de otros centros comerciales (como la Fnac) de ir cambiando cada poco la ubicación de sus productos. La pescadería está dónde siempre. Los productos de limpieza donde tocan. La charcutería en su sitio. Consum me queda al ladito de casa y es un gran súper en el que pasar la tarde. La única cosa que no entiendo es porque hay un millón de carros grandes (de estos que tienes que poner un euro) y tan pocos carritos pequeños. El otro día casi me cargo a una vieja, peleándonos por el último carrito, menos mal que la cámara de seguridad se quedó sin cinta.
-Chicos, hay otra iaia muerta.