Verónica Pagazaurtundua llega puntual a la cita. Pide una coca-cola zero, se arregla el pelo con una coleta y aunque le digo que no es necesario silencia el teléfono móvil. Ella me responde con una sonrisa que sí que lo es. Al finalizar la entrevista me muestra unas doce llamadas perdidas y muchos más mensajes de whatsapps, todos son de su equipo. Hace cinco años fundó Breakup Consulting, cuenta con una plantilla de más de treinta personas. Cuando Verónica habla de su compañía, se le encienden los ojos: “Nadie crece diciendo que de mayor quiere dedicarse al breakup manegement, ni siquiera hay una palabra en castellano. Toda la cultura asociada a la gestión de rupturas sentimentales es anglosajona”. Le pregunto el motivo y ella me comenta que en el mundo anglosajón todo pasa por agentes, consultores, gestores, todos ellos son abogados o tienen un pie metido en el mundo de las leyes. Además aquí llegamos muy tarde al divorcio, como a todas las cosas buenas, añade con ironía. Dice que la primera función de su consultora siempre es pedagógica: “explicar una y mil veces lo que hacemos y por qué lo hacemos; que los clientes no se sientan engañados, no estamos para robar su dinero aprovechándonos de su desgracia”.
-Pero entiendes que haya gente que sea un poco escéptica.
-Claro. Pero todo el mundo conoce a alguien que lo ha dejado. Y todo el mundo conocerá a alguien que en los próximos tres años vivirá una ruptura sentimental. Según las estadísticas en la ciudad de Barcelona se rompen al día 7 parejas en un ratio de edad de los 18 a los 55 años. Para mí, lo más importante es que un cliente se sienta tan satisfecho que no dude en recomendar mis servicios.
-Cuando alguien acude a ti, ¿qué es lo que suele necesitar?
-Hablar. Primero de todo, lo más importantes siempre es que alguien explique su historia. Que le ponga palabras, que hile un discurso, aunque sea un discurso equivocado, aunque sea un discurso complaciente con uno mismo y negativo con la otra parte, es muy importante que empiece a relatar que esa historia se ha terminado, que exprese sus emociones al respecto -sin ningún tipo de filtro moral- y poco a poco, ir relativizando la importancia que tiene. De una ruptura se sale.
-Entonces eres una psicóloga sobre todo.
-No. Un psicólogo ataca en principio sólo el aspecto psico-emocional del problema. Pero, ¿y el problema logístico? ¿Va a venir el psicólogo a dividir la colección de cds? ¿Va a poner sobre la mesa un plan para repartir equitativamente los gastos e inversiones hechos en común por la pareja? Por ejemplo, si compraron juntos los muebles y uno de ellos continúa viviendo en el piso, ¿qué es lo más justo? ¿Vender la estantería, el armario y el sofá en wallapop y repartir el dinero? ¿Continuar con los muebles aunque comprarlos fuera idea del que se va de la casa? Ver ese sofá para el que se queda, todos los días, le puede suponer un golpe emocional continuo y diario. Controlar y gestionar todas estas pequeñas cosas son nuestra tarea.
-¿Qué más cosas hacéis?
-Si uno se marcha del piso, le encontramos una nueva vivienda lo antes posible ajustada a sus necesidades y dentro de precio. Llevamos todo el tema legal, si hay divorcio y niños de por medio, también. Las mudanzas, la dieta, hay gente que engorda muchísimo en una ruptura y los hay que se quedan en los huesos, que pierden completamente el apetito. Se habla con sus jefes, se les explica la problemática y casi siempre tratan de ayudar, dándoles más o menos tareas en función de la personalidad de cada uno. Es más complicado con los autónomos, pero bueno, este colectivo es el saco de todos los golpes en este país. Si eres autónomo, ya eres un imán de problemas. Otra cosa que hemos empezado a hacer es que no se tengan que ocupar de las redes sociales. Hemos desarrollado una app que permite detectar cualquier foto, actualización de estado, tuit o lo que sea que pueda ser susceptible de herir los sentimientos de la ex-pareja. Lo analizamos, lo filtramos y decidimos si nuestro cliente está preparado para visualizarlo. También gestionamos todos los imputs que reciben. Todo su entorno sabe que nosotros estamos al mando e intentamos que todos los discursos que reciben estén dentro de la lógica emocional de fase.
-¿Qué es la lógica emocional de fase?
-En una ruptura hay diversas fases, porque hay diversas emociones que predominan. Primero hay dolor, luego hay ira, después hay indiferencia, y finalmente hay liberación. Es un camino progresivo y lineal pero, ¿verdad que si usted ha tenido alguna ruptura no recuerda que fuera una cosa detrás de otra?
-No, la verdad. Iban todas juntas, mezcladas de forma inconexa.
-Porque todos los mensajes y todos los discursos de sus amigos, psicólogo, familiares, compañeros de trabajo, películas, series, no estaban ajustados a cada fase. En el momento del dolor no es buena idea ver una película que le recuerde a su pareja. También es muy común que en algún momento alguien trate de ir a directamente a la fase de liberación. Últimamente todo el mundo quiere saltarse el dolor y la ira para apuntarse directamente a Tinder.
-¿Y eso no es bueno?
-Eso es un desastre. Primero hay que hacer un duelo. Sin cuaresma no tiene ningún sentido el carnaval.
-¿Cómo se le ocurrió dedicarse a esto?
-Llegó un momento de mi vida en que me di cuenta que se me daba bien. Yo empecé con mis propias rupturas como todo el mundo, un ruptura te ayuda a conocerte a ti mismo, sabes lo que quieres, lo que no, y ayudando a amigas mías descubrí que se me daba bien escuchar. Siempre me ha gustado escuchar los sentimientos de los demás, las historias de los demás. Después alguna amiga mía le decía a otra amiga a la que yo no conocía de nada, tienes que hablar con Verónica, Verónica te ayudará. Y allí iba yo, la escuchaba y después le daba un consejo y siempre acertaba. No era el mismo consejo cada vez, sino que de manera intuitiva sabía qué era lo que necesitaba cada cual en cada momento. Y así poco a poco, empecé a estudiar, a formarme y conseguí crear toda una filosofía sobre la que se basa la consultoría.
-¿Hay parejas que no quieren dejarlo?
-Sí y hay que ayudarles a reconciliarse. Y también hay parejas que intentan reconciliarse y ves que no, que por ahí no van bien.
-Antes me decía que nadie se siente satisfecho si se siente estafado. En el tránsito de una ruptura, ¿cómo sabe si un cliente está satisfecho?
-Para mí el triunfo más importante es que la ex-pareja con el tiempo puedan verse el uno al otro como amigos, reconocerse con una historia en común, que puedan charlar, y que puedan decir: hubo momentos que estuvieron muy bien y otros que no tanto, fui feliz contigo, espero y deseo que seas feliz el resto de tu vida con quién tú quieras.
Cuando termina la conversación me asalta una duda. Verónica es una mujer observadora y enseguida se da cuenta de que me he dejado algo en el tintero. Me facilita las cosas y me pregunta si quiero saber algo más. Se ríe cuando le pregunto si tiene pareja. Sonríe con una respuesta que encierra una pregunta al mismo tiempo:
-¿Usted qué cree?
No le respondo. No sé si quiero saber si alguien dedicado a las rupturas puede vivir felizmente en pareja, o no.