«He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido triunfar».
Michael Jordan.
Dios también se equivoca.
Michael Jordan es DIOS.
Y es DIOS porque no tuvo miedo a fallar, a equivocarse, a perder.
Jordan trató de mejorar todas las facetas de su baloncesto por un sólo motivo…
…su amor al juego.
Algo que olvidamos es que hacemos las cosas porque nos gustan. En todos los ámbitos de la vida. Cuando algo nos resulta divertido siempre es más fácil que si nos resulta un sacrificio. Si hacemos las cosas con ilusión, siempre son mejores. La gran victoria de Jordan no son sus 6 anillos de campeón de la NBA y toda su hoja de estadísticas, si no su increíble capacidad de jugar a basket como juegan los niños: sin miedo a fallar.
La única forma de llegar a ser Dioses es no tener miedo a caer.
Y VOLAR.