Es imprescindible empezar esta sección con esta escena.
Habla de todo lo bueno que hay en la vida: Shakespeare, el amor verdadero y Natalie Portman.
Los que habéis leído «Todas las chicas besan con los ojos cerrados» sabéis de qué hablo.
Los que no la habéis leído, ¡corred insensatos!
Esta escena hace que recuerde a esa primera novia que tuve en la guardería (no hagáis chistes fáciles con mi precocidad).
¿Vosotros no tuvisteis una? ¿Recordáis aquella sensación de que iba a ser para toda la vida? ¿Que era un amor puro y verdadero? Sin ningún tipo de egoismos entre dos personas que se querían y no tenían nada que perder, precisamente porque no tenían nada.
Esta escena siempre me recuerda esa sensación.
Natalie Portman siempre me recuerda a aquella primera novia a la que quise como a ninguna otra.
A la que quise como quieren los niños: incondicionalmente y para siempre.
Me encanta la entrada! Aunque tengo que confesar que no he visto la película, pero la veré, por ti, por ‘todas las chicas besan con los ojos cerrados’, lo juro!!!
No tenían nada, y sin embargo pienso que lo tenían todo, ¡bendita inocencia!
Un beso!
Entenderás mucho mejor «Todas las chicas…» tienen muchos vasos comunicantes. Además la peli es preciosa, te encantará.
Ya me dirás qué te ha parecido, ¡guapa!