Inventó la máquina del tiempo.
Cerraba los ojos…
…y la recordaba.
Ésta es una de mis escenas favoritas, de una de mis pelis favoritas.
Me encanta ésta escena. Soy tan Obélix.
Ahora que soy un tipo asquerosamente atractivo, con un cuerpo esculpido a base de horas y horas de intenso ejercicio en el gimnasio, parece mentira que de pequeño fuera un niño gordito. Los niños gorditos son adorables. No hay nada más encantador que tener mofletes para que una tía o una abuela te agarren los carrillos con sus manos y te digan:
«Éste niño cada día está más hermoso».
Tú crees que hermoso es sinónimo de bonito, de guapo, de bueno. Pero esas señoras venerables te llamaban gordo a la cara. Ya no hay señoras como las de antes, que te llamaban cosas feas con tanto talento que te creías que te decían cosas bonitas.
Yo era un niño gordito y tengo dedos de niño ex-gordito, ergo tengo dedos hermosos.
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Hechas de desastres emocionales
- pensamientos largos y cortos sobre todos esos pequeños detalles y momentos que hacen la vida tan grande
Blog sobre reflexiones personales en busca de la felicidad.
Autor de "La Vida Es Corta Y Luego Te Mueres", "2037", "Todas las chicas besan con los ojos cerrados" y "Primera Temporada". Guionista y escritor.
Porque al final la vida no hace otra cosa más que imitar la ficción.
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La maruja común cotillea en la pelu; la postmoderna tiene un blog.
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